El sacramento del matrimonio

Como todos tenemos entendido, el sacramento del matrimonio es una alianza que se celebra entre el hombre y la mujer para crear un consorcio que dure toda la vida con la idea de darle manutención y educación a los hijos una vez que Cristo Señor le elevó la dignidad para bien de la humanidad

Y así ha quedado establecido desde que el Señor vino al mundo y mientras duró su ministerio en este mundo, él ordenó seguir unas reglas muy claras para la unión marital, lo que se concreta por medio de algunos trámites legales.

Por supuesto al materializar este sacramento los conyugues adquieren unas responsabilidades que deben mantener en armonía para el normal desenvolvimiento de la relación en beneficio de los hijos quienes en el caso de una ruptura sufrirían enormemente con traumatismos difíciles de superar en el tiempo y del que quedan muchos reconcomios.

Para los millones de seguidores y creyentes en la fe cristiana este sacramento instaurado por Cristo Jesús durante su peregrinaje por este mundo anunciando las buenas nuevas, dan un halito de esperanzas a todos los que se casan por la iglesia ante la presencia celestial del creador que todo lo puede y que por intermedio de su hijo vamos peregrinando por esta vida.

Las enseñanzas y prácticas católicas nos indican que debemos como minino guardar cierto orden protocolar y decencia al tener claro que el matrimonio significa unirse fuertemente a Cristo, y para ello están los detalles de boda que magnifican el evento trayendo alegría y esperanza para los recién casados, quienes quieren celebrar la unión por muchos años.

Lógicamente se ha entendido desde tiempos inmemoriales que el vínculo del matrimonio se constituyó en una institución de corte social que permite la unión vinculatoria entre el hombre y la mujer que primeramente por mandato de Cristo Jesús se establece como la norma máxima de reconocimiento contando con el aval de normas jurídicas para su ejecución.

Cabe destacar que la unión entre un hombre y una mujer de acuerdo a lo ordenado por Cristo Jesús, no debería ser disuelto, salvo por la muerte de alguno de los conyugues. Pero tal cual como refieren muchas normas del derecho canónigo, el matrimonio vendría a ser como un contrato basado en el libre consentimiento entre las partes.

Más sobre el matrimonio

Ahora bien de acuerdo con las santas escrituras, Cristo Jesús está totalmente en contra del divorcio que permitía la ley judía, y por eso los eruditos cristianos deben salirle al paso para ponerle un parao a la permisividad sexual que para ese entonces se vivía en el mundo greco-romano, que plantean que el matrimonio es algo malo.

En las primeras comunidades cristianas se ha manifestado la preferencia por la virginidad y eso se constituía en una cuestión de honor que daba origen a frases peyorativas de desprecio que de hecho desestimaban al matrimonio, por lo que de hecho los magistrados actuaron como reguladores sociales.